martes, 22 de septiembre de 2015

GRECIA: Hay décadas donde nada pasa y semanas donde pasan décadas

No! No defiendo a Tsipras. Hizo muuuy mal firmando el memorandum. Debía haber renunciado antes de hacerlo y llamar a elecciones ahí mismo. Le erró feo. Eso no lo hace un traidor, ni significa que ahora trabaje para la troika.

Que es europeísta convencido y que su campaña se basó en que no saldría de Europa, nunca fue un secreto. Que Syriza es la unión de cómo 16 partidos y por lo tanto es muy plural, tampoco es ningún secreto.  Quién más sale perdiendo, después del pueblo griego, es Syriza que ya no es tan plural. Me parece que hicieron mal los que se fueron, deberían haberlo meditado más, perdieron todo el poder que tenían, leyeron mal el OXI. Hay que entender que Unidad Popular tampoco tiene un plan B aún, apenas tendrán algo en noviembre cuando hagan la conferencia europea por un plan B organizada por Mélenchon, Varufakis, Lafontaine y Fassina.

Es quizás por eso que UP no sacó ni 3% y quedaron fuera hasta del parlamento, una pena. En realidad su salida del euro no está respaldada sólidamente por un proyecto creíble. Proponen a la gente un salto al vacío, lleno de honor y gloria, pero a los más vulnerables les podría significar la asfixia. Posta, ¿alguien cree que la UE iba a dejar que Grecia se fuera del euro y le fuera bien? Por ello, la necesidad urgente del Plan B para Europa. Si el plan es serio y funcional, entonces se podrá presentar, e Incluso Syriza podría conducirlo. Pero hasta que no exista, no hay alternativa: no se puede salir del euro así nomás y en estas condiciones, con todo el poder económico y diplomático de la UE trabajando para tu fracaso. A primera vista parecía más fácil de lo que en realidad es. El euro es una prisión muy eficiente.

Creo que tanto Syriza como Unidad Popular comparten objetivos: quieren terminar con las políticas de austeridad, quieren gente decente y no ladrones en el gobierno, quieren trabajar para los más afectados; discrepan en estrategia.

Por eso entiendo perfectamente el voto de los griegos. Entiendo también la inteligencia oportunista de Tsipras para lograr gobernabilidad en función de su estrategia. Estrategia que  creo que consiste en ganar tiempo para que la correlación de fuerzas pueda cambiar en Europa, aplicar el memorandum con el menor costo posible, encontrando cómo operar en sus intersticios, apostar a la restructuración de la deuda pedida ya hasta por el FMI, y con ese alivio poder empezar a tibiamente mejorar las cosas, al tiempo que se va limpiando la indecible corrupción que hay por allá y la increíble evasión impositiva.

La situación de la gente seguirá tan terrible como ahora, pero la restructuración debería aliviar algunos aspectos.  Lamentablemente Syriza ya no será lo mismo (ojalá pudiera recomponerse).
Abogo porque ese plan B esté listo cuánto antes. Aunque ojalá que no tenga que ser aplicado porque la correlación en Europa haya ya cambiado. Estoy convencida que Tsipras actuará nuevamente apenas tenga un aliado, una pequeña posibilidad, volverá a dar batalla. Creo que eso es lo que votaron los griegos: a alguien que está dispuesto a pelear aunque pierda. Porque además, si bien tendrá que aplicar el memorandum, simbólicamente no es lo mismo aplicarlo convencido y mintiéndole a la gente acerca de las bondades del neoliberalismo, que hacerlo bajo amenaza y bajo protesta expresa.
Es por eso que también entiendo la adhesión de Iglesias.

Dicen que se aprende más en las derrotas que en las victorias, y que no hay victoria que no se haya construido sobre alguna derrota previa. ¿Qué se saca entonces de bueno de todo esto? Creo que Grecia fue la chispa que encendió la pradera y así lo verá la historia. Para el pueblo griego no habrá cambios significativos a corto plazo, y si bien esta derrota significa un revés a corto plazo para las fuerzas de izquierda (podemos cayó en las encuestas tras el memorandum), se operó un cambio de conciencia en el pueblo europeo y eso es calve.

Grecia desenmascaró al sistema dejando al desnudo la dictadura en la que viven, exhibiendo la violencia con la que se ejerce el poder económico alemán con la complicidad de las oligarquías nacionales. Esto, de formas sutiles pero profundas, cambia la mentalidad de la gente, esta toma de conciencia indigna, moviliza y en un mediano plazo altera las cosas. Me pregunto si un fenómeno como Corbyn hubiera existido sin ese salto de conciencia.

Si la izquierda gana en Portugal o Irlanda, las cosas no serán muy diferentes, son pequeñas naciones sin fuerza alguna, pero si gana en España, ya es otra cosa; a la cuarta economía de la zona no se la trata igual, y menos si ya existe un plan B. Imaginemos por un instante que se logran victorias en esos países, todos junto a Grecia pueden formar un frente con una correlación de fuerzas mucho menos desfavorable. Es difícil, pero no imposible.


En un par de años todo puede cambiar. La aceleración de la historia es evidente. "Hay décadas donde nada pasa; y semanas donde pasan décadas" decía Lenin. ¿Quién hubiera dicho una semana

atrás que los mismos que construyeron el socio liberalismo con Blair a la cabeza, lo estuvieran enterrando hoy? ¿Quién hubiera imaginado hace un par de meses que en EEUU siquiera existiría un candidato como Sanders y menos aún que estaría teniendo ese grado de éxito? Esto no quiere decir que vayan a ganar de inmediato, pero son catalizadores primarios de ese cambio de conciencia que comienza a operarse y pueden llegar a a obligar a sus respectivos gobiernos a adoptar otras posiciones. Creo que la apuesta de Tsipras de ganar tiempo ante la inexistencia de un plan B, al final no era tan inconducente como pensé en un principio...


Sólo la historia dirá.
lunes, 21 de septiembre de 2015

LA REVOLUCIÓN ÉTICA QUE MATÓ AL POSMODERNISMO Y A LA SOCIALDEMOCRACIA

Hace más de un año comenzaba a publicar en el blog algunas notas con un claro objetivo: Por un lado mostrar y fundamentar cómo y por qué la socialdemocracia estaba muerta y por otro, el peligro que entrañaba para el FA continuar aferrado a ese cadáver.  Los invito a repasar esas notas más temprano en este  blog, sobre todo http://ciudadanamiradapolitica.blogspot.com.uy/2014/03/la-socialdemocracia-y-su-hija-la.html También en los últimos párrafos de aquí: https://www.vadenuevo.com.uy/index.php/the-news/2921-58vadenuevo04 de Vadenuevo del 2013.


Allí intentaba demostrar los errores constitutivos de esa ideología progresista e informar sobre los primeros síntomas que se veían de su fallecimiento.

Cuando comencé a publicar esas notas aún no había nacido Podemos aunque sí estaba fulgurante el movimiento indignado, ni Syriza sacaba más de 18% en las elecciones griegas y el francés Mélenchon sacaba 11%, ni había sido elegido un papa como Francisco. Mucha agua ha pasado bajo el puente. Las irrupciones en la escena de Corbyn y de Sanders, la victoria de Syriza y las victorias de Podemos en las grandes ciudades españolas no solamente vienen a confirmar el diagnóstico de hace un año y medio sino que muestran que el proceso se ha acelerado vertiginosamente.

En algunas de aquellas notas me permitía asociar el escenario político con el posmodernismo como etapa civilizatoria y sugería que quizás estuviéramos en el comienzo del fin de esa etapa. Los acontecimientos de este año y medio sustentan esa idea.  Que Corbyn y Sanders se declaren socialistas va exactamente en el sentido de atar lazos con la historia, con los "grandes relatos" que los posmodernos hubieran querido ver muertos.

En vano los medios acusan a Corbyn en UK de ser "pasado de moda", de ser un "dinosaurio", que trae ideas pasadas y perimidas. Es como si aquellos que estaban confortablemente instalados en la era posmoderna no pudieran asumir que quienes parecen ya gastados y perimidos son sus propios discursos. De momento navegan en la negación.

Parece imposible presumir hoy si Sanders o Corbyn podrían ganar, todo parece indicar que en países tan conservadores como UK y EEUU es muy improbable… (Bueno, de los ingleses en realidad, cualquier cosa es esperable, tanto en un sentido como en otro). Sin embargo y más allá de eso, es evidente que el mundo ha cambiado. Y es que cuando hay cambios importantes en latitudes periféricas es una cosa, pero cuando hay cambios en los países centrales, evidentemente es otra cosa.

¿Qué tienen en común todos estos movimientos? Decencia. Rectitud moral. La voluntad de construir un nuevo "sentido común". Todos hablan de recuperación democrática frente a un sistema oligárquico que ha cooptado el sistema político. El principal enemigo es en todos los casos la corrupción, la codicia extrema, la insolidaridad, el egoísmo. Todos tienen una estrategia común: no aceptar financiamiento de bancos ni corporaciones para una vez en el poder, no estar atados a compromisos con ellos.   

En ningún caso hablan de proletariado o de vanguardia revolucionaria, hablan de la "gente común", de los "trabajadores", no hablan de nociones como "intereses de clase" sino de "interés general". Y todos los casos sin excepción hablan de ecología. Todos defienden el marxismo, ninguno el leninismo ni la dictadura del proletariado. De alguna forma, todos coinciden con Marx en el diagnóstico, pero ninguno en el tratamiento. El enemigo jurado no es la burguesía sino la oligarquía. También comparten otros enemigos como la OTAN y la beligerancia en general.

Todos proponen terapias de choque de tipo keinesiano pero agregándole el factor de la democratización político social como engranaje fundamental. La democracia en boca de ellos no es votar, sino una participación activa, no solo en campaña sino como una actitud social permanente. Pretenden co-responsabilizar al pueblo en la conducción política a través de diferentes mecanismos que tienen que ver con asambleas ciudadanas pero en donde el ciber espacio ocupa un lugar tan central como la plaza pública.

Los une la crítica al capitalismo pero no meramente como una declaración de principios, ni centrados en abstracciones como la explotación del hombre por el hombre, sino en aspectos extremadamente concretos como el carácter depredador del mismo que acabará con nuestro ecosistema, como la especulación financiera e inmobiliaria, como las privatizaciones de la salud y la educación. Los une la voluntad de renacionalizar servicios esenciales porque ya han visto a través de años de experiencia que lo privado no funciona para la mayoría de la gente, y porque en una sociedad del sálvese quien pueda, se salva apenas el 1%.

No pretenden derrocar al capitalismo, pretenden controlarlo, ponerle mordaza y cadena, como a una bestia a la que no se puede matar, pero sí controlar.
¿En qué se diferencian pues de la socialdemocracia? En que mientras la socialdemocracia pretendía ser un capitalismo de rostro amable redistribuyendo el fruto del crecimiento, estos de ahora ya saben que con eso no basta. Que por un lado no puede haber crecimiento permanente a cambio de la explotación de los recursos naturales sin medida, que tampoco puede haber crecimiento a costa del empobrecimiento de los países vulnerables, y sobre todo que hay que apuntar a redistribuir el capital acumulado por los billonarios.

Pero de todas formas, al haber fallecido la socialdemocracia hace décadas, transformada en socio liberalismo, al haber fallecido las izquierdas comunistas bajo el peso de los restos del muro de Berlín, estos de ahora vienen a ocupar ese espacio vacío: el espacio del amor al prójimo, de la lucha por la justicia social, de la utopía bien entendida, de la esperanza en un mundo mejor.  
Todas esas nuevas izquierdas sin haberse puesto previamente de acuerdo, comparten diagnósticos y objetivos, pero sobre todo, comparten valores morales que tras décadas de posmodernismo, de "hacé la tuya", parecían perimidos.

La victoria de Corbyn en el laborismo, más allá de su posible triunfo en las generales o no, (para las que faltan añares), es el velatorio y entierro de la "tercera vía", de esa socialdemocracia convertida en socio-liberalismo. Es justamente en Inglaterra donde nació y es justamente allí donde debía morir.

Moraleja: Cuando veas las barbas de tu vecino arder… Los gobiernos del FA que han estado dirigidos ininterrumpidamente por esos sectores socio liberales, deberían empezar rápidamente a sacar cuentas y enderezar el rumbo, porque es muy peligroso andar abrazado a muertos, a riesgo de convertirse en zombi. 
martes, 27 de enero de 2015

¿UNA NUEVA FORMA DE HACER POLÍTICA?


Este escrito nace el invierno pasado. Fruto de experiencias vividas en la militancia y de sus límites me puse a investigar. Entre esa investigación y mis propias ideas al respecto, les dejo este material que espero sea de vuestro interés, esperando que puedan comentarlo, criticarlo, profundizarlo, es apenas una punta para empezar a conversar.  

CRISIS DE PARTICIPACIÓN 

Es evidente que estamos ante una crisis de representación política y de las dinámicas de despolitización/repolitización. Es necesario un replanteo cabal sobre el tema para reconstruir lazos entre el ciudadano y la política, en base a una ciudadanía activa que busca incidir, modular y controlar sus espacios de participación-representación, porque en la implicación del ciudadano reside la clave para activar cualquier agenda de cambios.

Necesitamos una perspectiva histórica para comprender cómo la izquierda se “derechiza” al generar activamente cortocircuitos en la participación, pero esa perspectiva, siendo fundamental, es para otro escrito. Lo cierto es que el campo progresista ha estado sometido a la desmovilización por parte de sus propias organizaciones partidarias y sindicales, que han intentado controlarlo férreamente desde perspectivas vanguardistas, muchas veces maniqueas. Confluyen para ello, estrategias de burocratización y profesionalización de la militancia, además de la lucha por cargos, bloqueando los procesos de toma de decisiones colectivas, y situándose de espaldas de su propio electorado. 

Las organizaciones políticas no parecen ser conscientes de a quién han de rendir cuentas, es decir, cuál es su verdadera comunidad de referencia. En la lógica electoral, los simpatizantes marcan los límites de expansión del partido, pero en la vida política rutinaria, dependen de sus cuadros y militantes. Estos últimos son la clave de su construcción y su vida cotidiana.

Existe en la izquierda una cultura de militantes "hiperactivos", tanto en partidos como en colectivos y movimientos sociales. En su compromiso cotidiano, con grandes costos personales, realizan enormes sacrificios, al menos cuando se les compara con todo un magma de ciudadanos en general desmovilizados y sólo excepcionalmente participantes más allá del voto.

Los militantes trabajan actualmente en contextos de desmovilización, en un escenario dominado por la concertación entre partidos y administración, en donde "las cosas pasan" a espaldas de los colectivos, y buena parte de las energías del grupo se van en luchas intestinas que oscurecen el trabajo de sus militantes y su imagen pública.

Cabe preguntarse qué es lo que los ciudadanos con un mínimo de conciencia, pueden legítimamente reclamar a los cuadros y militantes de los partidos. Frente a la sociedad, éstos aparecen a menudo como incapaces de anteponer los fines colectivos de la comunidad a los propios de su organización, percibida como privatizada, cerrada sobre sí misma, con un relato que se aleja de la realidad. En suma, lo que el contexto parece pedir a los militantes es una actitud que permita a los que les observan desde fuera, comprobar que anteponen el todo a la parte. Esta percepción estimula la participación, es clave para la implicación ciudadana que no quiere o puede transformarse en "militantes profesionales". Pero no alcanza.

Hay que encontrar un modelo de organización que sea un espacio de regeneración cívica y democrática, que pueda repolitizar a la sociedad civil.  En esto, las redes están llamadas a jugar un rol clave, tanto como la imprenta en el renacimiento. No sólo sirven como soporte participativo para debates, como herramienta de movilización y de organización, sino que la red es ante todo una mentalidad diferente, es una forma de trabajar basada en la inteligencia colectiva. Es un sistema organizativo basado en competencias en vez de en jerarquías, todos los miembros pueden tener autoridad para tomar decisiones y llevar a cabo acciones. Implica una revolución organizativa, pasando de un modelo piramidal a otro nodal, en forma de "malla" de nodos interconectados, que interactúan para lograr objetivos, como sucede con el cerebro humano, como sucede con internet.

Sin embargo, solo con un funcionamiento en red tampoco alcanza. La discusión sobre cómo encontrar un modelo de funcionamiento democrático dentro de las organizaciones, que permita el máximo de participación, se mantiene vivo desde hace al menos cuatro décadas, tras el debilitamiento de los viejos paradigmas que ya no responden a las sociedades donde deben actuar. Estos paradigmas, altamente operativos y funcionales durante el siglo pasado son básicamente dos: el de un partido como organización de "revolucionarios profesionales", de vanguardia, orientado instrumentalmente a la toma del poder; y el otro, vinculado casi exclusivamente a la "gestión" correctiva del capitalismo. Ante la crisis de ambos modelos, aparece la necesidad de democratizar la acción política, y todo el proceso que estamos viviendo tiene la virtud de habernos obligado a prestar atención a las estructuras organizativas si queremos cambiar algo.

ASAMBLEARISMO

Algunos han planteado resolver el problema atacando la existencia de cualquier órgano de representación. El espacio para contrarrestar o neutralizar la representatividad radicaría en la asamblea plenaria. Se trata del asamblearismo o democracia directa, que se opondría al autoritarismo de la democracia representativa, a la vez que permitiría garantizar un considerable aumento de la capacidad crítica de las personas, y esto a su vez, redundaría en un mayor convencimiento en el momento de comprometerse en la acción. Efectivamente, el aspecto más positivo del funcionamiento asambleario es su carácter pedagógico: si la información fluye por el conjunto de la organización y circula horizontalmente, entonces la asamblea proporciona la posibilidad de discutir con fundamentos, participar críticamente en la toma de decisiones, comprender cabalmente la complejidad de las problemáticas tratadas, etc. El resultado más preciado del proceso asambleario es que refuerza el convencimiento de los implicados sobre la acción que desarrollan, y consolida la democracia como referente político ideal.

Ahora bien, el asamblearismo como método de toma de decisiones también tiene sus límites, el más evidente es que no puede haber democracia directa cuando el colectivo es demasiado grande como para que puedan participar todos. Un grupo de muchos miles de personas, por ejemplo, no puede formar una asamblea donde se tenga en cuenta el parecer de cada una.

El asamblearismo no agota las relaciones democráticas ni constituye el paradigma de la democracia participativa, sino que es una parte de la misma. Además, el proceso asambleario no se libra de contener en ocasiones, dinámicas paradójicamente antidemocráticas: ¿Cómo decidir qué hacer sin que alguien en particular, o un grupo reducido, tome decisiones de manera más o menos unilateral mediante manipulaciones sobre el colectivo? Este tema está estrechamente vinculado a otro que la izquierda no ha sabido tratar desdramatizadamente: el del liderazgo.

LIDERAZGOS OPACOS

Hay personalidades que por algún motivo destacan, sea por los conocimientos que tienen, por una alta capacidad organizativa y de trabajo, o porque presentan una alta sociabilidad. Pero también hay individuos que destilan con naturalidad una cualidad complementaria, aunque bastante más intangible que las precedentes: el carisma. Los individuos carismáticos pueden reunir todas o algunas de las cualidades mencionadas que facilitan la acción, son gente influyente en la dinámica del grupo.

 ¿Quién no ha conocido a alguien que sabe cómo organizar una discusión, facilitar consensos y acuerdos, que transmite confianza, que expone su presencia en la primera línea de acción, que presenta soluciones imaginativas, que inspira respeto? Ese es un liderazgo positivo. Pero para que estos liderazgos no conspiren contra la democracia, para que no se vuelvan personalismos, es ineludible el control del colectivo sobre las personalidades influyentes, basada fundamentalmente en la circulación transparente de la información y la rendición de cuentas sistemática sobre lo actuado. "Hay que elegir como líder al más apto y honesto y vigilarlo como al más ladrón".

Sin embargo, si asumimos la existencia de líderes, entonces no todos somos iguales.

Esta "desigualdad" se vive muy mal en el seno de la izquierda. Este rechazo al liderazgo conduce a una paradoja que facilita el surgimiento de situaciones antidemocráticas que bloquean el proceso asambleario: el liderazgo "opaco".

Cuando se niega de forma “oficial” que haya personas más influyentes que otras, lo que generalmente se consigue es sustraer del control colectivo a aquellos individuos que, visiblemente, determinan la dinámica de la acción colectiva. En lugar de generar más democracia interna, cuando esto sucede resulta fácil establecer relaciones de dominación que minan el carácter democrático de la asamblea; porque la dominación, que en semejantes situaciones se da aunque se niegue, se vuelve opaca en su forma exterior, mientras que en el fondo puede llegar a ser asfixiante.

La supuesta ausencia de liderazgo permite que las riendas de la dinámica grupal acaben en manos de alguien "difuso" sobre quien resulta difícil incidir. Estos líderes opacos, con la excusa de que todos somos iguales, pueden controlar información y no difundirla, pueden jugar instrumentalmente con las personas que componen el colectivo con el propósito de conquistar sus propios objetivos (incluidos los simples objetivos de reconocimiento).

La negación en el ámbito discursivo de la existencia de liderazgos, puede llevar, contra lo que en principio se pretende, a la utilización de una posición de poder no reglamentada por el grupo, y que no necesariamente tiene que ser bondadosa por el hecho de surgir de un marco asambleario. Un liderazgo de hecho, basado en cafés y cenas con individuos seleccionados, mantenido gracias al control de la información que no se hace circular, hace que el proceso asambleario dependa exclusivamente de la buena fe de las personalidades influyentes.

Es necesario tener en cuenta que los liderazgos opacos que generan relaciones de dominación, son difíciles de resolver porque sustentan el ejercicio de su poder en una malla de relaciones personales, que puede llegar a incluir el ámbito de la intimidad. Aun más, si la función opaca del líder deviene hegemónica, la dinámica del grupo puede empeorar y caer en un modelo de funcionamiento parecido al de una secta. Esto se vuelve perceptible cuando el colectivo, siguiendo los pasos de alguien, abandona la actitud crítica y autocrítica, delega la propia capacidad de pensar en la de otra persona, adopta una actitud vigilante en relación con los demás sobre su actitud respecto de las personas influyentes, o "traduce" líneas de pensamiento complicadas en simples consignas o ideas esquemáticas y dogmatizadas.

Otro problema es que cuando la retórica anti autoritaria demoniza la existencia del liderazgo, aquella persona que podría encarnar un liderazgo legitimado, es decir, la persona dinamizadora, proactiva, que quiere y puede asumir responsabilidades, aquellas personas con cualidades de liderazgo legítimo, deciden auto contenerse por temor a parecer con afán de protagonismo. Así se bloquean aportaciones que podrían ser altamente positivas para el funcionamiento del grupo. Si la capacidad de iniciativa llega a estar demonizada, el grupo toma una orientación que puede bloquear el proceso de toma de decisiones y la acción misma. En tales situaciones se acostumbra a generalizar un ideal igualitarista ingenuo que no discrimina entre las diferentes habilidades de los miembros del grupo.

Entonces, es inevitable la existencia de liderazgos naturales, casi podríamos extenderlo a todos los mamíferos gregarios, no ya sólo al ser humano. El "opacar" su existencia en aras de un "igualitarismo" muy loable, pero improbable, conduce a esta paradoja que se puede solucionar con la elección democrática del más apto, sumado a aceitados mecanismos de control sobre su accionar.

MILITANTISMO

Por otra parte, el asamblearismo soluciona bastante mal las desiguales condiciones de los potenciales participantes de la asamblea. Para que la participación pueda calificarse de democrática hay que tener en cuenta las desiguales disponibilidades de los miembros del grupo dadas las diversas condiciones de vida que tienen las personas. Principalmente, hay que facilitar la participación de aquéllas que disponen de menos tiempo para implicarse. Generalmente, situaciones como la jornada de trabajo o las obligaciones familiares imposibilitan una implicación más estrecha de algunos individuos con relación a otros. Si la asamblea es el único órgano de decisión, suele generarse la situación de que quien más horas esté dispuesto a estar sentado en una reunión, más capacidad de incidencia tendrá.
Se genera así la paradoja según la cual, en los procesos de toma de decisión, participan de forma sistemática fundamentalmente los individuos relativamente libres de otros compromisos, mientras que se desmerecen aportaciones de personas con escasas posibilidades horarias, por mejores que sus aportes puedan ser.

Con esto no pretende rechazarse la necesidad de organización asamblearia, al contrario, pretende diagnosticar claramente los problemas que trae para ser capaces de enfrentarlos. El mito de la "espontaneidad" en el momento de actuar resulta extremadamente ineficaz. El espontaneísmo es la anti-política, es la idea ingenua según la cual la organización y cualquier órgano de representación destruyen la capacidad creativa de los movilizados. Esto es falso, la evidencia histórica muestra que todos los movimientos sociales y políticos exitosos, siempre estuvieron eficazmente organizados, no salieron "de la calle" a partir de ciudadanos anónimos como por generación espontánea. Es evidente la necesidad de organización, lo que se cuestiona es el modelo.

ORGANIZACIÓN DE NUEVO TIPO

Lo primero que hay que entender es que una organización política es una agrupación de personas diseñada para lograr unas determinadas metas por medio de la gestión del talento humano. Por lo tanto, siendo el talento humano la base del éxito, hay que diseñar políticas internas que permitan su incorporación a la organización, formación, desarrollo, promoción, asunción de responsabilidades y liberación de las mismas para una vuelta a la etapa de formación, esta vez como formador de talento, aprovechando la experiencia conseguida.

Una estructura mucho más horizontal en la organización política es hoy posible y deseable, ya que aplicando los avances tecnológicos, permite el acceso igualitario a la información por parte de todos, la participación activa y vinculante de las bases en la toma de decisiones, y la descentralización de la estructura tradicional del poder. Esta estructura hace más permeable la organización a las necesidades de la sociedad.

Ciertamente, tanto la comunicación horizontal como la toma de decisiones por parte de un gran colectivo producen un elevado grado de compromiso con el grupo, así como una mayor adaptación de éste a las soluciones de problemas complejos. El problema que presenta es que el proceso decisional se enlentece, hasta el punto de que se corre peligro de bloquear el potencial de movilización. Sin embargo, es aquí donde las nuevas tecnologías se ponen al servicio de la política para dinamizar todos los procesos: información, debate, toma de decisiones. Ya existen las plataformas para ello, y los españoles de PODEMOS nos muestran la eficacia de las mismas. Hoy en día, información cierta y múltiple puede vehiculizarse a decenas de miles de personas a un tiempo, se pueden abrir canales más o menos restringidos de debate y análisis, se pueden generar grupos específicos que articulen las propuestas que van surgiendo de dichas deliberaciones, y se puede votar en línea de forma identificada y segura. 

Sin embargo, no todas las decisiones en la cotidianidad pueden colectivizarse, de modo que la cuestión sería: Habiendo participado todos en las tomas de algunas decisiones importantes ¿estamos substancialmente de acuerdo en lo fundamental como para que las decisiones que se tomen en el día a día puedan recaer en algún tipo de órgano de representación? ¿Qué es prioritario, conseguir los cambios sociales que se proclaman o mantener intacta nuestra idea de las relaciones grupales?
La dinámica cotidiana de la organización debe seguir criterios de eficiencia y eficacia si pretende favorecer algún tipo de cambio político. Por ello, la democracia participativa debe ser en alguna medida, un punto intermedio, dinámico, entre la democracia representativa estricta, donde la participación se reduce a la votación y la delegación, y el asamblearismo sistemático y sin restricciones.

Se puede pensar en una especie de "cooperativa política". Es decir una estructura capaz de producir significado y de transmitir sentido político y tomar decisiones estratégicas para garantizar a cada uno la propiedad común del movimiento y la puesta en común de sus beneficios políticos. Se trata de generar una dinámica amplia, horizontal y participativa que huya de la verticalidad y monolitismo partidista y sepa adaptarse a la sociedad reticular y plural actual, haciendo intervenir tanto los mecanismos de democracia directa, posibles hoy gracias a la red como nunca antes en la historia, y los de democracia representativa, imponiendo a los representantes un estrecho control, basado en la transparencia de la información colectiva y permanente, y en la rendición de cuentas constante.   

Habiendo estudiado algunos modelos organizativos novedosos, por ejemplo el del PODEMOS español, se me ocurren algunas ideas que podrían instrumentalizarse en nuestro contexto. Cabe señalar que estos modelos organizativos de referencia aún no son definitivos, tomarán forma definitiva a partir de la primavera próxima, pero traen ya una enorme cantidad de novedades de las que nos podemos nutrir. Les propongo visitar su página y navegar un buen rato allí para darse cuenta de qué se trata. Por ejemplo, hay un cambio extremadamente significativo desde el lenguaje en donde los "dirigentes" pasan a ser "portavoces", revolucionando el imaginario de la función.

SISTEMA CELULAR

No obstante, se me ocurren algunas ideas a considerar: Si pensamos en un modelo nodal, horizontal, podríamos imaginarnos un cerebro. ¿Cómo se organiza un sistema con múltiples partes sin una estructura jerárquica o un órgano de control central? El cerebro es un órgano altamente distribuido e interconectado, que es capaz de organizarse dando lugar a una gran variedad de comportamientos complejos y coordinados, formando una estructura unitaria que no es estática ni centralizada. La "unidad de la mente" se constituye a través momentos de sincronización a gran escala en los que diferentes áreas neuronales actúan coordinadamente de forma transitoria, tras la cual se vuelve a dar paso a un nuevo estado mental que consistirá en la sincronización de otras áreas neuronales diferentes. A este modo de sincronización se le ha llamado el "núcleo dinámico". No participan todas las partes del sistema todo el tiempo en la misma acción, sino que funciona como un polo de referencia al que se conectan y desconectan diferentes áreas neuronales en momentos diferentes.

Partiendo de esta idea, basándonos en un modelo orgánico, se puede pensar en una organización por células temáticas que pueden ser tan variadas como intereses existan. La siguiente lista es un ejemplo de los círculos de PODEMOS y de otros del Front de Gauche francés, sólo como para apreciar la variedad posible: Discapacidad, Deporte, Sindicalistas, Jubilados, LGTB, Funcionarios, Ecología, Ciencia, Transportes, Artistas, Filosofía Política (éste está genial, recomiendo su visita, el link en la web de PODEMOS, círculos), Feminismos, Migración, Música, Desempleados, Universidad, Fuerzas Armadas, Enfermería, Cooperación internacional, Reforma constitucional, Farmacia, Abogados, Educación, Psicología, Autónomos, Animalista, Cultura, Economía ecología y energía, Sanidad, Renta básica, Solidaridad entre pueblos, Periodismo, Agricultura, Intelectuales, Racismo, Justicia, Agua, Ecología anti productivista, Economía social y solidaria, Juventud, Infancia y adolescencia, Ciudad hábitat solidaridad urbana, Barrios populares, y un sinfín de etcéteras.

Cada célula sería un grupo de gente (a partir de 3) que sabe de algo, fuere cual fuere el tema. Ese grupo estaría en contacto frecuentemente digital y periódicamente físico. Como el encuentro físico no siempre es posible, hasta por cuestiones geográficas, se pueden producir células con el mismo tema en diferentes lugares, conformando un "sistema". Así por ejemplo, una célula "Cultura" en Montevideo, otra en Salto y otra en México, conformarían el "sistema cultura". Las células son autogeneradas, no impuestas desde una organización central. Así, basta encontrar 3 personas con afinidades semejantes para poder constituir una célula. Naturalmente habrán células enormes y células pequeñas en función del interés que despierte su tema. Cada célula tiene un nicho en una plataforma en donde debe colectivizar sus producciones, ya sean propuestas, investigaciones, acciones concretas, debates, etc. De este modo, la información sería transparente todo el tiempo y siempre habría actividad, si no es en una célula, en otra.

Estas células o sistemas se interconectan con otras de otros temas en función de intereses específicos para generar algo colectivamente. A modo de ejemplo, el sistema "Salud" tiene intensión de realizar una propuesta para una ley, se conecta con el sistema o célula "Legislativo", con el de "Economía", etc con el fin de operar conjuntamente para producir un proyecto de ley correcto y viable. Este proyecto se vehiculiza a todo el colectivo y se somete a discusión argumentada, tanto sea digitalmente como en asambleas presenciales de las que debe rendirse cuenta en la red, tanto de posiciones en mayoría como en minoría, tras un período dado, se vota online.

Sin embargo, otras acciones celulares pueden no necesitar votación alguna, la célula "Música" puede decidir hacer un toque, y a partir de esa iniciativa genera todas las interacciones necesarias para llevarlo a cabo, tanto desde la organización como desde la promoción.

Cada persona podría participar de las células que quisiera, una o varias según sus capacidades. Si existen personas que no tienen intereses temáticos particulares, sino que por ejemplo, viven cerca o trabajan en el mismo lugar, tendrán la posibilidad de generar células geográficas, realizando las propuestas, debates o acciones que entiendan conveniente según su rango de influencia.

Al mismo tiempo, igual que en el cerebro, existirían células o sistemas altamente especializados, compuestos por gente idónea y confiable, votados por todo el colectivo, que se encargarían de temas tales como Comunicación interna, Herramientas Informáticas, Prensa, o comandos de apoyo en propaganda, finanzas, organización, que estarían allí para interactuar con todas las células o sistemas que requirieran su apoyo.  

Lo ideal es que todo el sistema celular sea abierto a todo público, que cualquier ciudadano, debidamente identificado, pueda participar, sin embargo solo los miembros plenos del movimiento podrán votar. Son miembros plenos quienes hayan sido aceptados tras entrevista personal y pagado cotización (en función de sus posibilidades). La condición de miembro pleno no debería diferir de la ya estandarizada. Para poder votar, además de ser miembro pleno, deberá haber participado, con al menos un comentario en el debate previo a la votación, esto pretende demostrar que está informado sobre la decisión que está llamado a tomar.

Sin embargo, las grandes decisiones políticas del movimiento, naturalmente, como en el cerebro, son momentos de sincronización a gran escala, todas las células actúan coordinadamente de forma transitoria, suspendiendo sus temas básicos para abocarse al estudio del tema que el movimiento deba decidir. Para ello, la información concerniente a esa decisión debe haberse presentado a todo el colectivo, en lo posible, digitalmente. Si se tratara de temas delicados, de circulación pública no aconsejada, debe presentarse vía mail a un representante de cada célula o sistema quién estará encargado de distribuirla en reunión presencial a los compañeros de la misma.

Cada célula elegirá un representante para una eventual asamblea general, regional, o del sistema, así como para coordinar con otras células. Esta función será obligatoriamente rotativa. Para cada decisión, de haber dos posturas, deben informarse ambas, por más que una recoja mayoría sobre la otra.  

Los portavoces del movimiento son elegidos por todo el colectivo en función de lo que ya dimos en llamar "liderazgo legítimo". Tienen la obligación de transmitir toda la información de forma rápida y transparente, deben informar de sus actos y rendir cuentas periódicamente.


Creo que en base a este modelo, hay mucho para explorar, faltan toneladas, pero la idea que subyace bajo este modelo es la de cambiar el eje de la participación del "militante" al "ciudadano", democratizando la participación política, aprovechando las nuevas e insospechadas posibilidades que el mundo interconectado de hoy nos permite. Si Lenin no hubiera estado en guerra y hubiera tenido internet, ¿hubiera propuesto el mismo modelo que propuso?...   
jueves, 27 de noviembre de 2014

UN CAMBIO DE RUMBO

CARTA UN CAMBIO DE RUMBO: http://www.peticiones24.com/otrorumbo


Creo que todos y cada uno de los firmantes de esta carta pueden tener matices con la redacción de la misma. Nada más natural, al no ser un documento exhaustivo. Desde diferentes lugares se ha cuestionado tanto la caracterización de "izquierda" que se plantea, como el diagnóstico sobre la educación. Dichos cuestionamientos, entre otros, son de recibo y alimentan de una u otra forma el debate argumentado.

Sin embargo, el mayor cuestionamiento ha sido su "oportunidad" y "forma". Las elecciones parecen haber dejado de ser lo que siempre fueron para las fuerzas de izquierda: un momento de síntesis política, una oportunidad para la generación de conciencia, en donde la ciudadanía le presta atención a temas que en la vida cotidiana posterior tiende a evadir. Las elecciones parecen haberse transformado en meras campañas propagandísticas, donde el debate de ideas no tiene lugar. 

Podríamos llegar a comprender que si una elección viene muy peleada, conviene propagandísticamente tener una postura lo más unánime posible, para no perder "seriedad" como propuesta integral, sin embargo, estamos en las antípodas de esa realidad. Los más de 10 puntos que separan a Tabaré de Lacalle, deberían permitirnos dar ese debate, sin correr el menor riesgo de que gane la derecha. Entonces, la aversión al debate ciudadano de ideas, parece venir por otro lado.

Se sugiere que los firmantes de la carta realizan una campaña para no votar a Tabaré siguiendo la lógica del "estás monolíticamente conmigo o estás contra mí". Nada más lejos de la verdad. Muchísimos firmantes hemos votado FA en la primera vuelta, muchísimos lo haremos en la segunda, otros no lo haremos. Esto desnuda una nueva realidad: hay mucha gente de izquierda que estando de acuerdo en sus preocupaciones, ha dejado de coincidir en sus estrategias electorales. Es un fenómeno que no puede achacarse a unos "loquitos tira bombas". Es al contrario, un fenómeno a estudiar con mucha atención.

En cuanto a la forma, se sostiene que para discutir estos temas está la orgánica del FA, cuya cúspide es el Congreso. Una vez definidas allí las cosas, la discusión se da por cerrada. Este cuestionamiento partiría de la base de que todo uruguayo de izquierda debe ser militante orgánico frentista, lo que nos pone frente a un problema: ¿Quién es frentista? ¿El votante del FA lo es? ¿Quién militó toda su vida orgánicamente y de momento se encuentra alejado lo es? ¿Sólo los militantes orgánicos actuales lo son? Sin embargo, por otro lado se dice que un millón de uruguayos lo son. Ese millón no está en la orgánica ¿de modo que no tiene derecho a expresarse salvo con su voto?  

"Vayan al comité" se dice. Cualquiera que haya ido a un comité en los últimos años notará que o bien están cerrados, o bien quedan algunos pocos militantes, la gran mayoría de ellos sectorizados, y en donde el escenario más habitual es la discusión de posiciones sectoriales previamente establecidas que no se alterarán fruto de ese debate. El momento más político de un comité suele ser la previa al Congreso, sin embargo todo termina en saber si tal comité está alineado a tal sector o a tal otro. Pero incluso más: quiénes hayan acudido al Congreso del FA deben haberse enterado del "misterioso" funcionamiento de algunas comisiones, por ejemplo economía, en donde se votaron mociones por mayoría que luego fueron arbitrariamente retiradas por sus propios autores, reuniones cupulares donde se decidieron materias importantes sin atender los frutos del debate en comisiones y plenaria, presiones externas al funcionamiento del congreso por parte de "personalidades importantes", etc. También es notorio que el documento de allí emergido es de una laxitud tal que cualquier interpretación cabe, dejando así prácticamente las manos libres al candidato/presidente para que lo interprete como quiera, sin dar claras directivas respecto a casi nada. Es como si el FA hubiera decidido no decidirse. La pregunta que cabe sería ¿son tan grandes las diferencias internas que tomar decisiones colectivas se ha vuelto inviable y por ende, se deja en libertad al candidato/presidente para que las tome? Si es así, entonces ¿para qué sirve realmente el congreso y su fruto, el programa? Y por añadidura, ¿estamos votando realmente "ideas" o estamos votando "personas" a quienes se da un vago programa que puede interpretar a su gusto?  ¿Hará la bancada del FA una interpretación distinta del programa que el presidente, o se mantendrán los mismos acuerdos cupulares? 


Todos sabemos que la situación de la orgánica del FA es muy preocupante y eufemizar al respecto es hacerse trampas al solitario. Miles de personas de izquierda no tienen ni tiempo ni ganas de pasarse horas discutiendo al cuete, cuando todos saben que el partido se está jugando en otra cancha.

Entonces ¿qué pasó con esa orgánica otrora locomotora del FA y que ahora es una máquina de expulsar gente de su seno? Si nos sacamos la careta por unos momentos, todos podemos coincidir en que desde hace muchos años el FA se ha transformado en coalición y que su faceta de movimiento ha casi desaparecido (salvo en las semanas previas a las elecciones). Los militantes sectorizados tienen vehículos de expresión en sus respectivos sectores. Luego las cúpulas de sus sectores acuerdan todo entre ellos. ¿Qué sucede entonces con todos los demás? Nada. La orgánica frentista basada en comités de base pujantes, en donde todo se discutía y en donde sus decisiones pesaban, no existe más.  ¿Se puede volver atrás? ¿Pueden los comités volver a ser lo que eran en el marco del FA del siglo XXI? No tengo la respuesta, aunque tiendo a pensar que no. Algo nuevo habrá que inventar.   

Fruto de la asfixia de la orgánica del FA, incapaz de seguir generando aquella "unidad en la diversidad", transformada hoy en hegemonía de unas corrientes ideológicas sobre otras, cuyas posiciones no son tomadas en cuenta y a quienes no se les tolera la crítica, fruto del desmantelamiento de aquella dinámica de "coalición y movimiento", es que miles de personas se han alejado de su orgánica o incluso del propio FA, y es también fruto de ello que irrumpen en el escenario iniciativas telemáticas como la carta "Un cambio de rumbo". ¿Es la mejor forma para expresarnos como ciudadanos libres y de izquierda? No lo sé, pero en todo caso ¿existe hoy en día alguna otra?   

Obviamente la carta no es perfecta, claro que le faltan muchas cosas, y hay elementos que deberían precisarse mejor, pero su espíritu es claro. Es posible que no tenga ninguna incidencia en las políticas de gobierno, pero al menos sirve para poner sobre la mesa un poco de debate de ideas que buena falta nos viene haciendo. 

Lic, Gabriela Balkey



viernes, 1 de agosto de 2014

NUEVA SÍNTESIS MARXISTA: EL ECOSOCIALISMO

Nos tocó vivir a los que peinamos nuestras primeras canas, dos etapas del mundo occidental claramente diferenciadas: la confrontación de dos bloques ideológicos al principio, y la derrota estrepitosa del bloque comunista después. Tras ella, nos vimos sumergidos en el paradigma postmoderno, con todas sus consecuencias sociales y políticas, era el mundo del “fin de la historia”, del “fin de las ideologías”. Falacia ampliamente difundida por cuanto medio de comunicación masivo hubiera en occidente y que provocó antes que nada, un shock violentísimo en todos quienes somos de izquierda.

martes, 1 de julio de 2014

LOS TABARETISTAS, LOS OTROS Y LOS POLÍTICOS PROFESIONALES

Más allá de la propia persona del Dr. Vázquez, podemos ver un fenómeno que llamo “tabaretismo” (no digo “Vazquismo” porque los tabaretistas le llaman “Tabaré”, no “Vázquez” y porque los vascos no tienen nada que ver y el término podría confundir). Puedo lograr distinguir tres tipos de tabaretismo: el emocional, el ideológico y el temeroso.
El emocional representa una adhesión a la persona de Tabaré, pareciéndose mucho al caudillismo en el tradicional sentido del término. Los tabaretistas emocionales se parecen cada vez más a los fanáticos. Como todo fanatismo, nubla la razón, obstruye la argumentación y termina casi siempre en violencia.
domingo, 1 de junio de 2014

LA SOCIAL- DEMOCRACIA Y SU HIJA, LA RESIGNACIÓN

Hoy, el enemigo para las fuerzas de izquierda, no es la derecha, no es la socialdemocracia, es la resignación. Es un monstruo que te va comiendo el coco y el corazón calladamente y poco a poco.
Al ver cómo está el país tras dos gobiernos del FA, al ver que los ricos son cada vez más ricos, y que los pobres, tienen más plata, pero no son menos “pobres”, sabiendo  que la inmensas mayoría de la gente si bien tiene trabajo, gana menos de 14 mil pesos, que apenas puede pagar un alquiler y comer decentemente es cada día más difícil… Al ver que poco ha cambiado es estos años estructuralmente, y que la riqueza, fruto del crecimiento del país, sigue sin redistribuirse como debería, uno siente una desilusión totalmente justificada.
domingo, 16 de marzo de 2014

PEGARLE O NO PEGARLE ATABARÉ: THAT IS THE QUESTION


El tema no debería plantearse así, sino más bien, CUÁNDO pegarle a Tabaré. En el fondo, muchos quisiéramos darle para que lleve y tenga. No necesariamente por él, por su linda cara, sino por lo que representa. Pero algunos pensamos que no debemos hacerlo porque nos perjudicaría. Es decir que lo que cuestionamos es la utilidad política de la decisión. Es un buen cuestionamiento.
Otros pensamos diferente.

UNIDAD: ACUSAR AL BOMBERO POR EL INCENDIO

EL FA, MODELO DE UNIÓN PARA LAS NUEVAS IZQUIERDAS EUROPEAS

Los que conocemos al FA desde chiquitos, sabemos que la unidad es siempre complicada. Sabemos que los consensos casi siempre son hijos de la negociación, ergo: no son espontáneos. Eso es lo más natural en un frente que integra diferentes partidos y movimientos. 

Es interesante notar cómo en Europa están tomando al FA como modelo organizativo a seguir para lograr la unión de las izquierdas que habían quedado totalmente disgregadas tras más de una década de “revisionismos” y de conversiones liberales de todo orden. (El caso italiano es prototípico de una izquierda que termina suicidándose por su conversión total a la socialdemocracia).

NADA NOS DUELE MÁS QUE TENER QUE PEGARLE A TABARÉ

RESPUESTA A XAVIER

La compañera dice: “No es de compañeros el mal trato y las agresiones que algunos vienen haciendo, especialmente contra Tabaré (Vázquez), diciendo que desconoce el programa del Frente Amplio” y dice también que “siempre estuvo de acuerdo con las múltiples candidaturas, pero no comparte los agravios gratuitos a Tabaré”.
La compañera confunde críticas con agravios. Nadie “agrede” a Tabaré, sin embargo, se lo critica y con razón. Pero aparentemente la presidenta del FA piensa que Tabaré es una entelequia intocable. Habría que recordarle quizás a la compañera que en política, lo mínimo es hacerse cargo de lo que uno dice o hace. En ese sentido ninguna de las críticas es “gratuita”.  

CARTA ABIERTA A CONSTANZA MOREIRA

Constanza, entiendo que no quieras ser candidata, en serio, te entiendo.
Entiendo que sin el apoyo de algunos sectores y partidos del FA, te resulte imposible hacerlo.
Entiendo que ser la candidata “contra” Tabaré sería un rol muy duro de interpretar en el Uruguay de hoy, y sabés que así sería.
Entiendo que el de la política es un mundo cruel, a veces sucio, en el que la ética y la sensibilidad de la “gente bien” tiene que aguantar golpes que… hay que tener estómago, tanto estómago.

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