lunes, 21 de septiembre de 2015
LA REVOLUCIÓN ÉTICA QUE MATÓ AL POSMODERNISMO Y A LA SOCIALDEMOCRACIA
Hace más de un año comenzaba a publicar en el blog algunas
notas con un claro objetivo: Por un lado mostrar y fundamentar cómo y por qué la
socialdemocracia estaba muerta y por otro, el peligro que entrañaba para el FA continuar
aferrado a ese cadáver. Los invito a
repasar esas notas más temprano en este blog, sobre todo http://ciudadanamiradapolitica.blogspot.com.uy/2014/03/la-socialdemocracia-y-su-hija-la.html También en los últimos párrafos de aquí: https://www.vadenuevo.com.uy/index.php/the-news/2921-58vadenuevo04 de Vadenuevo del 2013.
Allí intentaba demostrar los errores constitutivos de esa ideología progresista e informar sobre los primeros síntomas que se veían de su fallecimiento.
Cuando comencé a publicar esas notas aún no había
nacido Podemos aunque sí estaba fulgurante el movimiento indignado, ni Syriza
sacaba más de 18% en las elecciones griegas y el francés Mélenchon sacaba 11%,
ni había sido elegido un papa como Francisco. Mucha agua ha pasado bajo el
puente. Las irrupciones en la escena de Corbyn y de Sanders, la victoria de
Syriza y las victorias de Podemos en las grandes ciudades españolas no
solamente vienen a confirmar el diagnóstico de hace un año y medio sino que
muestran que el proceso se ha acelerado vertiginosamente.
En algunas de aquellas notas me permitía asociar el
escenario político con el posmodernismo como etapa civilizatoria y sugería que
quizás estuviéramos en el comienzo del fin de esa etapa. Los acontecimientos de
este año y medio sustentan esa idea. Que
Corbyn y Sanders se declaren socialistas va exactamente en el sentido de atar lazos
con la historia, con los "grandes relatos" que los posmodernos
hubieran querido ver muertos.
En vano los medios acusan a Corbyn en UK de ser "pasado
de moda", de ser un "dinosaurio", que trae ideas pasadas y
perimidas. Es como si aquellos que estaban confortablemente instalados en la
era posmoderna no pudieran asumir que quienes parecen ya gastados y perimidos
son sus propios discursos. De momento navegan en la negación.
Parece imposible presumir hoy si Sanders o Corbyn
podrían ganar, todo parece indicar que en países tan conservadores como UK y
EEUU es muy improbable… (Bueno, de los ingleses en realidad, cualquier cosa es
esperable, tanto en un sentido como en otro). Sin embargo y más allá de eso, es
evidente que el mundo ha cambiado. Y es que cuando hay cambios importantes en
latitudes periféricas es una cosa, pero cuando hay cambios en los países
centrales, evidentemente es otra cosa.
¿Qué tienen en común todos estos movimientos?
Decencia. Rectitud moral. La voluntad de construir un nuevo "sentido
común". Todos hablan de recuperación democrática frente a un sistema oligárquico
que ha cooptado el sistema político. El principal enemigo es en todos los casos
la corrupción, la codicia extrema, la insolidaridad, el egoísmo. Todos tienen
una estrategia común: no aceptar financiamiento de bancos ni corporaciones para
una vez en el poder, no estar atados a compromisos con ellos.
En ningún caso hablan de proletariado o de vanguardia
revolucionaria, hablan de la "gente común", de los "trabajadores",
no hablan de nociones como "intereses de clase" sino de "interés
general". Y todos los casos sin excepción hablan de ecología. Todos defienden
el marxismo, ninguno el leninismo ni la dictadura del proletariado. De alguna
forma, todos coinciden con Marx en el diagnóstico, pero ninguno en el
tratamiento. El enemigo jurado no es la burguesía sino la oligarquía. También
comparten otros enemigos como la OTAN y la beligerancia en general.
Todos proponen terapias de choque de tipo keinesiano
pero agregándole el factor de la democratización político social como engranaje
fundamental. La democracia en boca de ellos no es votar, sino una participación
activa, no solo en campaña sino como una actitud social permanente. Pretenden
co-responsabilizar al pueblo en la conducción política a través de diferentes
mecanismos que tienen que ver con asambleas ciudadanas pero en donde el ciber
espacio ocupa un lugar tan central como la plaza pública.
Los une la crítica al capitalismo pero no meramente
como una declaración de principios, ni centrados en abstracciones como la
explotación del hombre por el hombre, sino en aspectos extremadamente concretos
como el carácter depredador del mismo que acabará con nuestro ecosistema, como
la especulación financiera e inmobiliaria, como las privatizaciones de la salud
y la educación. Los une la voluntad de renacionalizar servicios esenciales
porque ya han visto a través de años de experiencia que lo privado no funciona
para la mayoría de la gente, y porque en una sociedad del sálvese quien pueda,
se salva apenas el 1%.
No pretenden derrocar al capitalismo, pretenden
controlarlo, ponerle mordaza y cadena, como a una bestia a la que no se puede
matar, pero sí controlar.
¿En qué se diferencian pues de la socialdemocracia? En
que mientras la socialdemocracia pretendía ser un capitalismo de rostro amable redistribuyendo
el fruto del crecimiento, estos de ahora ya saben que con eso no basta. Que por
un lado no puede haber crecimiento permanente a cambio de la explotación de los
recursos naturales sin medida, que tampoco puede haber crecimiento a costa del
empobrecimiento de los países vulnerables, y sobre todo que hay que apuntar a
redistribuir el capital acumulado por los billonarios.
Pero de todas formas, al haber fallecido la
socialdemocracia hace décadas, transformada en socio liberalismo, al haber
fallecido las izquierdas comunistas bajo el peso de los restos del muro de
Berlín, estos de ahora vienen a ocupar ese espacio vacío: el espacio del amor
al prójimo, de la lucha por la justicia social, de la utopía bien entendida, de
la esperanza en un mundo mejor.
Todas
esas nuevas izquierdas sin haberse puesto previamente de acuerdo, comparten
diagnósticos y objetivos, pero sobre todo, comparten valores morales que tras
décadas de posmodernismo, de "hacé la tuya", parecían perimidos.
La
victoria de Corbyn en el laborismo, más allá de su posible triunfo en las
generales o no, (para las que faltan añares), es el velatorio y entierro de la "tercera
vía", de esa socialdemocracia convertida en socio-liberalismo. Es
justamente en Inglaterra donde nació y es justamente allí donde debía morir.
Moraleja:
Cuando veas las barbas de tu vecino arder… Los gobiernos del FA que han estado
dirigidos ininterrumpidamente por esos sectores socio liberales, deberían
empezar rápidamente a sacar cuentas y enderezar el rumbo, porque es muy
peligroso andar abrazado a muertos, a riesgo de convertirse en zombi.
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