domingo, 16 de marzo de 2014
PEGARLE O NO PEGARLE ATABARÉ: THAT IS THE QUESTION
El tema no debería plantearse así, sino más bien, CUÁNDO pegarle a Tabaré. En el fondo, muchos quisiéramos darle para que lleve y tenga. No necesariamente por él, por su linda cara, sino por lo que representa. Pero algunos pensamos que no debemos hacerlo porque nos perjudicaría. Es decir que lo que cuestionamos es la utilidad política de la decisión. Es un buen cuestionamiento.
Otros pensamos diferente.
Basta salir a la calle y hablar por ahí para darse
cuenta que en los frentistas (no así en los votantes, aunque en buena parte de
ellos. Llamo frentistas a los que no votarían nunca a los rosados y votante al
que puede fluctuar), lo primero que aflora es el disgusto con la idea de Tabaré
presidente de nuevo. Esa realidad rompe los ojos. Puede expresarse con más o
menos violencia (es decir, incluso no votar al FA), o ser acompañada de una
profunda resignación. Esa resignación que los hace pensar que “y bueno… si con
él ganamos fijo, mejor no arriesgar.” (Diría Eco, “apocalípticos” o
“integrados”… una digresión.)
Habría efectivamente que pensar si es el momento de
arriesgar; si vale la pena.
Ahora bien, hay, diría yo, una especie de extraño
consenso entre la gente, todos queremos que gane el FA y todos quisiéramos en
el fondo, que no tuviera que ser Tabaré. Mucho menos Astori.
Existen, naturalmente tabaretistas convencidos, pero
son los menos.
La gente no es chota, y tímidamente empezó a sonar el
nombre de Constanza y como quién no quiere la cosa empezamos a notar que no es
tan desconocida como creíamos que era y que cae francamente bien a la inmensa
mayoría de los frentistas y que la votarían con gusto. Incluso he llegado a oír
varias veces a gente de Asamblea Popular decir que sería la única forma de que
votaran al FA nuevamente. Los que no lo harían sería más bien porque se les ha
convencido eficientemente de que con Tabaré no hay competencia… Quizás no se
hayan dado cuenta que no existe otra encuesta, con otro nombre.
Y entonces ahí… ¿pegarle o no pegarle a Tabaré? ¿Es
que hay otra alternativa creíble que pueda realmente ganar las elecciones?
De esa respuesta dependerá la actitud que se tome.
En la calle siento que casi el mismo consenso que existe en el fondo contra
Tabaré, existe a favor de Constanza, puedo equivocarme, aunque no lo creo. ¡Estamos de suerte! No estoy segura de que
sea suerte. Creo que cuando las ideas están maduras, cuando la situación lo
necesita, la vida te pone un líder carismático capaz de encarnar esas ideas
para hacerlas florecer.
Parto de la base de que lo que más nos preocupa es el
rumbo que tomará el país con un segundo mandato de Tabaré. Nuestra
responsabilidad, como frenteamplistas, es intentar que el país tome un rumbo
más apegado al programa de una organización que se define como anti oligárquica
(¡mirá que poco y mirá que tanto!) que incluya cosas como reforma
constitucional, redistribución de la riqueza más justa, y avances claros en
educación, salud, ecología, y un POCO MÁS DE ÉTICA POR FAVOR, una ética de
izquierda.
Lo de anti imperialista hay que redefinirlo, porque su
expresión ha cambiado, por eso lo dejo de lado, y porque francamente no aparece
en las preocupaciones de la gente por el momento. Aunque el anti yankismo esté
tan vital que sea uno de los principales argumentos de la gente común contra
Tabaré.
Si lo que nos interesa pues, es el rumbo del país,
creemos que Constanza lo llevaría por mejor camino que Tabaré, por lo que ambos
representan desde el punto de vista filosófico-político, ético y hasta social.
Pegarle o no a Tabaré dependerá de si creemos que
Constanza puede ganar.
Yo estoy
convencida que sí puede. No solamente por su capacidad, sino además por su
carisma, por su edad y hasta por su género. El FA más allá de todo, tiene en
sus dos períodos de gobierno un balance que por sí solo lo haría ganar las
elecciones, comparado con el de los rosados. Más aún si proponemos algo
corregido hacia la izquierda. Además cuando digo estamos de suerte, quiero
decir también que ellos no tienen nada. Entre el guapo, el cuquito y Bordaberry
no hacemos uno (digamos las cosas como son).
Parece ser el momento ideal de arriesgar un poquitito,
la mesa está servida, es sólo tener un
poquito de coraje político… no se trata de hacer la revolución tampoco.
Es probable que si la candidata fuera Constanza habría
que hacer campaña un poco más en serio que si fuera Tabaré que con la
publicidad se bastaría. Con Constanza habría que militar. ¿Tendremos los
militantes suficientes?
Yo creo que sí. Creo que hay una disponibilidad de las
fuerzas de izquierda para militar en pos de algo en lo que puedan creer… Estoy
segura de que por Constanza y con un programa decente despertaríamos al león
dormido.
Si estamos dispuestos a dar la batalla por un programa
en manos de alguien que lo cumpla a cabalidad, y si creemos que podemos vencer,
sólo entonces mi respuesta es sí: peguémosle a Tabaré.
Yo creo que las circunstancias están dadas: existe la
seria posibilidad de torcer el rumbo de las cosas aún. No sólo veo a Constanza
más representativa del FA en general, sino además creo que es una candidata que
puede conquistar muchos votantes, de esos que fluctúan… por donde se la mire es
mejor que cualquiera de los rosados. Tan solo no fuese por su carisma. Pero hay
que construirla como candidato y para eso hace falta tiempo, por eso las
definiciones urgen.
Entonces ¿cuál sería la estrategia? Que haya elección
interna con múltiples candidatos en la interna. Y si es sin Tabaré en el ruedo,
mejor.
Yo creo que Tabaré tiene un feo prontuario que
esconder, que abarca, entre otros, todos los años de dictadura. No creo que se
presente a una elección interna real, es decir, con riña. No creo que su ego se
lo permita. Desde ese punto de vista, creo que la estrategia correcta sería
intentar que no se presente. En ese caso, apoyaría probablemente a Astori (que
además de habernos hecho un gol jugando para Italia) no ganó jamás una interna,
y menos la ganaría ahora, representando condensado todo aquello que la mayoría
de los frenteamplistas no soportan más del FA, sobre todo a nivel ético y
económico.
Si logramos que Tabaré no se presente tenemos el camino libre hacia la presidencia.
Entonces ¿pegarle o no pegarle? Desde esta perspectiva ya se ve diferente la
cosa. Una vez más sí, vamo’ a darle.
Pero como se ve, en el fondo es cuestión de
oportunidad, se le puede o no pegar según las circunstancias. Si beneficia sí,
si no lo hace, no. El objetivo es realmente cambiar las cosas. Todo depende de
la lectura de la situación.
Si queremos pegarle, la ventana temporal para hacerlo
es corta, pues tiene que “abdicar” ya para permitir que otros salten al ruedo.
(Uso el término monárquico, pues lo del “candidato natural” es un concepto
monárquico… sólo los reyes son soberanos “naturales”).
La idea fuerza que nos mueve a los que estamos
peleándola para que la cosa cambie, es la necesidad de democracia interna real
en el FA, un rumbo programático que refleje lo que es el FA: una coalición DE
IZQUIERDA con sus aliados, y una ética de izquierda en su aplicación. Algo tan sencillo y
al tiempo tan potente como eso.
No veo razón alguna para que ningún dirigente tenga que "enchastrarse" pegándole
a Tabaré (menos aún Constanza), no sirve. Allá arriba hay que estar para la luz. Pero alguien debe hacerlo porque en realidad Tabaré logra
por sí mismo estetizar un sentimiento de malestar profundo. Como los monstruos
de los cuentos de hadas que existen para que los niños, que tienen miedos y
angustias como cualquiera, logren darles forma, encapsularlos en algo, en una imagen,
para sacarlos del limbo en donde tanto molestan. A eso me refiero con
estetizar. A la gente “le vuelve el alma al cuerpo” cuando ve o escucha a alguien
decir lo que ella siente y no se anima ni a pensar. Que la gente no se sienta sola en lo que siente, que se anime a pensar lo que siente, descontractura, libera, permite respirar y sobretodo, abre la ventana a la esperanza. Pero todo arranca por ahí: que alguien diga lo que sentís es una especie de solidaridad sensible que te hermana con el otro que siente lo mismo, te sentís por fin nuevamente, parte de algo.
Como la gente no es chota, sabe perfectamente que si
pedís “candidaturas múltiples” es porque no querés a Tabaré. Y tengo la
sensación de que la gente está bien paspada de que le anden con medias tintas. ¡A
cuántos nos gustaría que alguien empiece a llamarle gato a un gato! Llamar a
las cosas por su nombre sería una bocanada de aire fresco en medio de tanto bla
bla políticamente correcto.
Como se desprende, pegar o no pegar, pueden ser
complementarias, no contradictorias. Para los dirigentes, no mancharse no
implica no reaccionar, con “comprensión” naturalmente.
De modo que para lograr el objetivo de cambiar las
cosas, pegarle o no a Tabaré es una cuestión a analizar en cada situación (el
cuándo y cómo) y por parte de cada autor del golpe, dependiendo de su posición.
Es una cuestión de utilidad. Y que nadie me venga que la derecha lo puede usar contra nosotros. Baste observar las flores que se tiraron Ope, Batlle y el ceja esta semana, y los blancos, en reiteración real. Una vez que el tema en el FA esté resuelto, todos tiramos para el mismo lado, si creemos en lo que defendemos, si no... poco importará lo que los rosados hagan...
To be or not to be, whether is nobler in mind to
suffer…
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